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HOY TEOLÓGICO - Alfonso Luis Calvente Ortiz

Religioso

PACIENCIA DIVINA

PACIENCIA DIVINA Si no fuera por la inconmensurable paciencia de Dios, el ser humano hace tiempo que hubiera llegado al final de su historia.

Pero desde hace 2 milenios resulta que la historia del ser humano se ha fundido con la historia de Dios; y es Dios quien lo ha hecho.

Dios encarnado en la persona de Jesucristo es la esperanza de la humanidad. No hay otro más que Èl. En Jesucristo el ser humano es capacitado para alcanzar el destino divino para el que fue creado. Sin Jesucristo, el ser humano no es más que una criatura dèbil frente al pecado, embebida en el mundo y destinada a una muerte inesquivable e irremediable.

Pero que pocos acuden a Èl, a Jesús. Èl decidió quedarse con nosotros todos los días hasta la consumación de los tiempos. Jesucristo nos espera paciente en el Sagrario. Él lo decidió así, quedarse escondido en las especies del pan y del vino, Su Cuerpo y Su Sangre, para que todo el que cree en el tenga vida eterna, alcanzando para sí la manifestación plena del destino esperado para los Hijos de Dios.

Gracias Jesús por tu paciencia, gracias por no tener en cuenta nuestra indiferencia a tu presencia real en la Santa Eucaristía, gracias porque tu nombre ha sido nombrado sobre nosotros.

Alegría, paz y bien para todo aquel que cree en el Señor.

San Cirilo, Arzobispo de Jerusalén

San Cirilo, Arzobispo de Jerusalén Bendito San Cirilo que pastoreó la Iglesia de Cristo allí mismo donde se entregó por Nosotros.

Si volvemos nuestras miradas hacia la riqueza de la Iglesia, hacia la vida y obra de tantos Santos y Mártires en el Señor, nos daremos cuenta que todo está dicho y descubierto, que nada más hay que añadir. Lo que nos corresponde es redescubrir tal riqueza, hacerla nuestra y proclamarla a los cuatro vientos, ya que en ella se contiene la verdad de la Vida, ella es Cristo, Verbo encarnado, que nos descubre los misterios que a algunos todavía les parecen insondables.

La actividad de San Cirilo frente a los arrianos fue frenética. 16 veces fue desterrado por alcanzar la verdad ortodoxa de nuestra fe.

Sobre nosotros y nuestro ser San Cirilo nos explica con clara sencillez y hermosa profundidad la verdad de nuestro ser:

¿Quién eres tú?. Como hombre, tú has sido hecho compuesto de alma y cuerpo y, el mismo Dios es autor de tu alma y de tu cuerpo. Debes saber también que tienes un alma libre que es obra maestra de Dios, hecha a imagen de su creador: inmortal por causa de Dios que le confiere la inmortalidad; un ser vivo dotado de razón y libre de la corrupción por causa de quien le otorgó todo ello; con capacidad de hacer lo que desee.

El alma es inmortal. Y son semejantes todas las almas: tanto de los hombres como de las mujeres. Sólo son diferentes los miembros de los cuerpos. No existe una clase de almas pecadoras por naturaleza y otras que actúen debidamente, pues todas actúan según su voluntad y el albedrío de cada una, mientras no hay diversidad en la sustancia de las almas y es semejante en todas ellas.

El alma es libre y dueña de sí misma. El diablo puede ciertamente sugerir, pero no puede forzarla a actuar privándola de la voluntad. Cuando viene a ti el pensamiento de la fornicación, si quieres, lo admites, pero no si lo rechazas. 

Ya has oído, querido, bastantes cosas acerca del alma; si puedes, escucha ahora también acerca del cuerpo. Y no pienses lo que algunos dicen de que el cuerpo no lo ha hecho Dios, y creen que el alma habita en él como en un recipiente que le es ajeno, inclinándose por tal motivo a la práctica de la fornicación33. ¿Qué es lo que ellos recriminan al cuerpo admirable? ¿Qué es lo que le falta de decencia y armonía? ¿Qué es lo que carece de estética en su estructura? ¿No deberán caer en la cuenta tanto de la espléndida configuración de los ojos como de la posición oblicua de los oídos, para poder oír sin dificultad, o del olfato capaz de distinguir olores o también los aromas suaves, o en la doble capacidad de la lengua para gustar de las cosas y para poder hablar, sin olvidar la capacidad pulmonar para respirar el aire sin cesar? ¿Quién dio al corazón su movimiento continuo? ¿Quién anudó los nervios a los huesos de modo tan sabio? ¿Quién asignó una parte del alimento a la reparación de las fuerzas de la naturaleza, destinando otra a la defecación, haciendo cubrir pudorosamente las partes menos nobles? ¿Quién es el que hizo que la débil naturaleza humana pudiese perpetuarse mediante una sencilla unión?

Y no me digas que el cuerpo es causa del pecado. Pues si el cuerpo es la causa del pecado, ¿por qué no pecan los muertos? Coloca una espada a la derecha de un hombre que haya muerto hace poco, no matará a nadie. Ya pueden desfilar, ante un joven recientemente muerto toda clase de hermosuras; no experimentará ninguna lascivia. ¿Por qué? Porque el cuerpo no peca por sí mismo; es el alma quien peca por medio del cuerpo. El cuerpo es como el instrumento del alma, como si fuese vestido y su abrigo: se hace inmundo si es ella la que lo mueve a la fornicación; pero si se une a un alma santa, se convierte en templo del Espíritu Santo. "


DIACONADO, SÍ !! Y PERMANENTE!!

DIACONADO, SÍ !! Y PERMANENTE!! El Concilio Vaticano II restauró el Diaconado Permanente en orden al ministerio, ocupando el tercer puesto en la jerarquía eclesial y participando en su ministerio del Sacramento del Orden:

"En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos, que reciben la imposición de las manos, no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio. Así, confortado con la gracia sacramental, sirve, en comunión con el obispo y su presbiterio, al Pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad." (LG 29)

Como oficios propios del diaconado el Santo Concilio señala:

* La administración solemne del bautismo.
* El conservar y distribuir la eucaristía.
* Asistir y bendecir en nombre la Santa Iglesia los matrimonios.
* Llevar el viático a los moribundos.
* Leer la Sagrada Escritura a los fieles.
* Instruir y exhortar al pueblo.
* Presidir el culto y la oración de los fieles.
* Administrar los sacramentales.
* Presidir los ritos de funerales y sepelios. (LG 29) 

San Policarpo de Esminra exhortaba a los diáconos a ser "misericordiosos, diligentes, procedan en su conducta conforme a la voluntad del Señor, que se hizo servidor de todos".

El diácono tiene entidad propia, trabaja en los ministerios que le ha señalado el Obispo, trabajando en una misión que ha recibido de Cristo por el Sacramento del Orden. Tiene un poder que lo cualifica para el ministerio, que no recibe del obispo, sino de su calidad de participante, por el Orden, en la jerarquía. "De esta manera, comparte con el obispo y los presbíteros, a nivel de las características que configuran a cada uno, las misión pastoral de la Iglesia".

El diácono, pues, no es persona que adorna, luce o deba ser manipulada por sus superiores Jerárquicos. Su Orden es sagrado, y de ahí que cualquier utilización de su ministerio fuera de su misión es sacrílega. De igual modo, debemos decir, severamente, que la utilización de sus ornamentos sagrados por personas no ordenadas es un grave sacrilegio.

El diácono, pues, es sal viva en medio de un mundo desgarrado; es alimento de esperanza para los sufrientes y desesperados de la tierra; es piedra conciliadora en la estructura eclesial. Porque el diácono, en su carisma y ministerio propio, es imagen de Cristo para el mundo.Siempre en comunión con su obispo y presbiterio.

Magisterio Ininterrumpido de la Iglesia

Sucesores de Pedro, la Piedra sobre la que Cristo edifica su Iglesia. 

América

América Virgen de la esperanza,
Madre de los pobres,
Señora de los que peregrinan: óyenos.

Hoy te pedimos por América Latina,
el continente que tu visitas
con los pies descalzos,
ofreciéndole la riqueza
del Niño que aprietas en tus brazos.

Un Niño frágil, que nos hace fuertes.
Un Niño pobre, que nos hace ricos.
Un Niño es esclavo, que nos hace libres.
Virgen de la esperanza: 
América despierta.

Sobre sus cerros despunta la luz
de una mañana nueva.
Es el día de la salvación
que ya se acerca.

Sobre los pueblos que marchaban en tinieblas,
ha brillado una gran luz.
Esa luz es el Señor que tú nos diste,
hace mucho, en Belén, a media noche.

Queremos caminar en la esperanza.
Madre de los pobres:
hay mucha miseria entre nosotros.
Falta el pan material en muchas casas.

Falta el pan de la verdad
en muchas mentes.
Falta el pan del amor
en muchos hombres.

Danos alma de pobres para ser felices,
pero alivia la miseria de los cuerpos,
y arranca del corazón de tantos hombres
el egoísmo que empobrece.

Señora de los que peregrinan:
Somos el Pueblo de Dios,
en América Latina.

Somos la Iglesia
que peregrina hacia la Pascua.
Que los obispos tengan
un corazón de padre.

Que los sacerdotes sean
los amigos de Dios para los hombres.
Que los religiosos muestren la alegría
anticipada del Reino de los cielos.

Que los laicos sean, ante el mundo,
testigos del Señor resucitado.
Y que caminemos juntos con todos
los hombres, compartiendo
sus angustias y esperanzas.

Que los pueblos de América Latina
vayan avanzando hacia el progreso,
por los caminos de la paz en la justicia.

Nuestra Señora de América:
ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza,
peregrina con nosotros
hacia el Padre. Amén.

HISTORICIDAD

HISTORICIDAD Transcribo (en la imagen) la referencia al martirio del Obispo Fructuoso y sus diáconos Eulogio y Augurio, quemados vivos en el anfiteatro de Tarraco, el viernes 21 de Enero de 259 entre las diez y las once de la mañana.

Algunas veces nos olvidamos de la verdad de nuestras celebraciones y de la historicidad que impregna nuestra fe.

La referencia forma parte del estudio arqueológico que tiene como autores a Judit Ciurana Prast, Josep Maria Macias Solé, Andreu Muñoz Melgar, Imma Teixell Navarro y Josep Maria Toldrà Domingo.

http://www.icac.cat/images/stories/pdf/llibres/53.71_amphi.pdf


PILAR

PILAR

¡Oh María! ¡Hija de Dios Padre!, amparad a la Iglesia, que desde su principio ha reclamado vuestra protección. Reconoced en ella la Esposa de vuestro único Hijo, que la ha rescatado con el precio de toda su sangre. Haced que resplandezca con tal brillo de santidad, que pueda presentarse digna de su divino Esposo, y del precio con que fue redimida. ¡Madre de Dios Hijo! que iluminas a todo hombre que viene a este mundo ¡Aurora brillante de este sol divino! disipad las tinieblas de la herejía y del cisma. Haced que todos sigan la luz de la verdad, y se apresuren a entrar en el seno de la verdadera Iglesia, donde juntamente con Jesús os conozcan con una viva fe, os invoquen con una esperanza firme, y os amen con un amor perfecto. ¡Esposa del Espíritu Santo, que ha reunido en un solo rebaño y en una misma religión, tantas y tan diferentes naciones!, derramad sobre los Principes cristianos y sus ministros la abundancia de gracias, de las que sois dispensadora. Penetrad sus corazones del espíritu de paz y de concordia, que al nacer vuestro hijo se anunció a la tierra. ¡Oh María, Templo de la Santísima Trinidad, toda pura y sin mancha en vuestra Concepción! Mirad con ojos de misericordia a la Nación Española, vuestra nación predilecta, que tanto habeis distinguido de las demás; a pesar de sus pecados, continuad siempre en amarla: mantenedla en la fe católica, apostólica y romana: conservadla en la unidad católica, a fin de que defendida por vuestra gracia de todo error estando al abrigo de toda disensión, y consagrada a servir a vuestro Santísimo Hijo y a Vos con un culto digno, pueda marchar constantemente al fin que le habeis prometido, y merecer teneros siempre por su Protectora en la tierra, y por su Reina y Corona en el Cielo. Así sea.

Omnipotente y eterno Dios, que te dignaste disponer que la sacratísima Virgen María, Madre tuya, entre coros de ángeles sobre esta columna de mármol, enviada del cielo, viniera viviendo en carne mortal: y que esta Iglesia fuese edificada para su honra por el Protomártir de los Apóstoles Santiago y sus Discípulos; te suplicamos por sus méritos e intercesión, nos concedas alcancemos fácilmente, lo que con toda confianza pedimos. Por tu Hijo Jesucristo que vive y reina con Dios Padre en la unidad del Espíritu santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

¡Alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a las tierras de España en la ciudad de Zaragoza!


MADRE

MADRE                   Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando
                  estés en la presencia del Señor, de hablar
                  en favor nuestro y que aparte su
                  indignación de nosotros.

                  Oh Santísima Madre, hazme esta gracia:
                   fija en mi corazón con eficacia las llagas de
                  Jesús crucificado.

                  Haz que de Cristo en mí lleve la muerte,
                  que participe su pasión y suerte y medite en
                  sus llagas apenado.

                  Para que no arda en los eternos fuegos,
                  defiéndeme tú, oh Virgen, con tus ruegos,
                  en el día del juicio.

                  Y tú, oh Cristo, al salir yo de esta vida, por
                  tu Madre querida, haz que llegue a la
                  palma de victoria.

                  Cuando mi cuerpo muera, haz que mi alma
                  adquiera del paraíso lla gloria.

JESÚS

JESÚS

Caminamos en este tiempo de cuaresma hacia la contemplación y celebración del culmen de la Historia y la Creación: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

 

Frente a Jesús de Nazaret, ese Judío que nació en el la provincia romana de Judea hace más de dos mil años, no caben términos medios.

 

La persona histórica de Jesús de Nazaret nos cuestiona a la humanidad una vez más, como lo ha hecho a lo largo de los últimos dos milenios:

"Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo".

Yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo. Yo no soy de este mundo.

Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.

"¿Eres tú el mesías, el hijo del Bendito?". Jesús le dijo: "¡Yo soy!, y veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del todopoderoso y venir entre las nubes del cielo".

 

Estas y otras afirmaciones salidas de la propia boca de Jesús no permiten la indiferencia o  diversos posicionamientos no comprometidos. Realmente, si no acepta la palabra de Jesús, si no se admite que Jesús de Nazaret el Hijo de Dios que se ha hecho hombre, no cabe otra opción que la de afirmar que se trata de una persona presa de la locura cuya muerte no tendrá el sentido redentor y de salvación que el anunciaba sino que supondrá simplemente el final de una historia más sin sentido.

TESTIMONIOS

TESTIMONIOS

A veces, nos quejamos de la falta de testimonios cercanos. A veces, resulta que andamos ciegos, o a lo más, como burros con orejeras.

 

Claro que los testimonios a los que nos referimos son testimonios silenciosos, testimonios que si no miramos no llaman la atención. Testimonios humildes, callados en la entrega y la abnegación.

 

Creo que es importante mirar, encontrar y compartir.

 

Tantas personas cercanas que en el silencio y el anónimo proceder de sus vidas, dejan una senda de santidad para aquellos que deseen descubrirlas.

 

Tantas personas, ya quietos y callados sus cuerpos, que testimoniaron hasta la entrega de sus vidas el abandono en Cristo y su fidelidad a la Iglesia.

 

El beato Francisco Sendra Ivars, presbítero, es una de ellas. Enterrado a pocos kilómetros de mi pueblo natal, martirizado por la fe otros pocos kilómetros más allá. Treinta y siete años le llevaron junto a María a los pies de la Cruz.

 

El día 4 de Septiembre del año 1936, el cura de Calpe, fue sacado de su casa en Benisa por los milicianos arrancándolo de los brazos de su madre, y en las afueras del pueblo fue torturado horrorosamente, afirmando otras personas de Benisa que oyeron los ayes y confesiones de fe y jaculatorias que el mártir repetía. Sus verdugos, comprobando su inquebrantable fe, antes de asesinarle y dejarlo tendido en una cuneta, le amputaron los órganos viriles tras haberle sometido a muchas vejaciones y burlas.

 

¡Beato Francisco Sendra, ruega por nosotros!

ÁRBOL

ÁRBOL

¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de Cordero,
sacrificado en cruz, salvó la tierra.

Dolido mi Señor por el fracaso
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.

Y así dijo el Señor: "¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!"
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.

¡Oh plenitud del tiempo consumado!
Del seno de Dios Padre en que vivía,
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.

¿Quién vio en más estrechez gloria más plena,
y a Dios como el menor de los humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
le faja una doncella nazarena.

En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.

Vinagre y sed la boca, apenas gime;
y, al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo, y los redime.

Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este peso y esta muerte
que cuelga de tus ramas como un fruto.

Tú, solo entre los árboles, crecido
para tender a Cristo en tu regazo;
tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo
de Dios con los verdugos del Ungido.

Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
al que en la cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.

 

(Himno de Laudes - Viernes Santo)

MANOS

MANOS

Las manos de Jesús curaron y ayudaron a enfermos y necesitados. Las manos de Jesús nos ofrecieron su cuerpo y su sangre para que tengamos vida. Las manos de Jesús quedaron abiertas y extendidas como entrega de amor infinito por nosotros.

Nuestras manos son, ciertamente una maravilla, expresivas, hacendosas, pero frágiles. Las manos son dóciles, y se prestan a todo, también al mal. Hay manos que aplauden y manos que amenazan, manos que alagan y manos que abofetean. Las manos se prestan a todo: a construir y a destruir, a acariciar y a matar. Hay manos que ensucian, estropean y ajan cuanto tocan. Qué desastres si ponemos las cosas en malas manos, débiles y frágiles, o en manos duras y tiránicas.

El cristiano ha de tener mano firme, aunque siempre suave y amorosa. La suavidad y el amor son compatibles con la firmeza. Mano firme no es mano dura, ni mano tiránica ni dictatorial. Necesitamos hombres y mujeres de mano firme, de los que nos podamos fiar, a quienes podamos confiar asuntos serios.

Somos frágiles. Estamos rodeados de dificultades para mantener nuestra fe y la integridad de nuestra vida cristiana. Hoy muchos vuelven la espalda y se alejan del verdadero Dios, buscando otros dioses que ellos mismos fabrican. Del verdadero Dios ni hablar siquiera. Todo lo que no sea Él puede consentirse, todo puede aceptarse. Todo se vende: la inocencia, la fidelidad, el honor, la honestidad, el mismo juramento.

Busquemos fuerza en el Señor: ”Nuestro auxilio es el nombre del Señor”.”Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos”.”Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, les salen alas como de águila, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.” La Virgen María es la mano tendida de Dios a nuestra debilidad; “Oh Adonai, Dios fuerte: ven, alárganos tu mano y sálvanos.”

 

Dolorosa

Dolorosa

No encuentro mejor modo de recorrer este camino cuaresmal de seguimiento de Jesús que acompañar a María en el camino de Dolores.

¡Vayamos también nosotros a Jerusalén a morir con Él!

Madre DOlorosa, Madre de Tormentos, bien llamada Corredentora de la humanidad. Tú cargaste en tu corazón con la ignominia que pesaba sobre tu Hijo, el pecado de toda la humanidad. Tú sentiste atravesar tu corazón por los millones de bebés arrancados de la vida por sus propias madres antes de nacer, por una humanidad denigrada, degenerada y perversa que permite el genocidio del hambre y el abandono de 1/3 de sus hermanos, por una ingente masa opresora de sus semejantes. Tú madre Dolorosa ante la miseria del mundo, ante inconmensurable angustia del pecado de toda la humanidad no desesperaste y confiaste en la Palabra que te fue dada por el Ángel.

Madre Dolorosa, Madre de Tormentos, permite a este miserable e indigno siervo tuyo acompañarte en tu camino de dolor, junto a Jesús, y enseñame a cargar con la cruz que me corresponde.

 

La Madre piadosa estaba junto

a la Cruz, y lloraba

mientras el Hijo pendía.

 

Cuya alma triste y llorosa,

traspasada y dolorosa,

fiero cuchillo tenía.

 

¡Oh, cuán triste y afligida

se vio la Madre escogida

de tantos tormentos llena.

 

Cuando triste contemplaba

y dolorosa miraba

del Hijo amado la pena!

 

Y ¿cuál hombre no lloraba

si a la Madre contemplara de Cristo,

en tanto dolor?

 

Y, ¿quién no se entristeciera,

piadosa Madre,

si os viera sujeta a tanto rigor?

 

Por los pecados del mundo

vio a Jesús en tan profundo tormento

la dulce Madre,

 

Y de Tu Hijo, Señora,

divide conmigo ahora

las que padeció por mí.

 

Hazme contigo llorar

y de veras lastimar

de sus penas mientras vivo.

 

Y que por mi Cristo amado

mi corazón abrasado

más viva en Él que conmigo.

 

Y porque amarte me anime

en mi corazón imprime las llagas

que tuvo en sí.

 

Y muriendo al Hijo amado

que rindió desamparado

el espíritu a Su Padre.

 

¡Oh Madre, fuente de amor,

hazme sentir tu dolor

para que llore contigo!

 

Porque cuando quede en calma

el cuerpo, vaya mi alma

a su eterna gloria. Amén.

 

(Rvdo. P. Juan S. Clá Díaz)

Diálogo

Diálogo

El diálogo de Dios con el hombre se realiza de una vez para siempre en Jesús de Nazaret. En el Misterio Pascual Dios habla al Hombre y se le revela en plenitud. Dentro de ese mismo Misterio el propio hombre en Cristo habla al Padre de una vez para siempre.

 

La Liturgia de las Horas nos invita a sumergirnos en la plenitud del misterio de Cristo y del diálogo de éste con el Padre. La oración de Cristo hombre al Padre es la oración universal de todo hombre a Dios que se explicita en la oración de la Iglesia.

 

La Liturgia de las Horas nos adentra en la misteriosa relación Trinitaria de la segunda persona, el Verbo, con el Padre. Meditar orando acerca de este misterio es continuar profundizando en el misterio fundamental del cristiano: la Eucaristía y la vocación del hombre a la participación de la vida divina.

 

El mundo, nuestro mundo, la vida de cada uno de nosotros, transformada cada día un poco más en Cristo, solo puede cobrar un sentido cristificado pleno y permanente a través de la oración, la oración de Cristo al Padre, realizada de una vez para siempre y presente entre nosotros a través del Oficio Divino.

GOLPES

GOLPES

Son muchos los golpes recibidos; los que seguimos recibiendo; y los que recibiremos. ¡Bendito sea el Señor si son siempre por Cristo y el Evangelio!

 

Hoy conmemoramos, como cada día, aquellos que públicamente supieron dar testimonio fiel sin que consideraran en más su propia vida:

 

- En Cesarea de Mauritania, hoy Argelia, san Arcadio, mártir, que se ocultó en tiempo de persecución, pero al ser detenido en su lugar un familiar suyo, se presentó espontáneamente al juez y, por negarse a sacrificar a los dioses, sufrió dolorosos tormentos hasta consumar su martirio.(304 d.c.)

 

- En Constantinopla, hoy Estambul, en Turquía, santos mártires Tigrio, presnítero, y Eutropio, lector, a los cuales, en tiempo del emperador Arcadio, se acusó falsamente de haber incendiado la iglesia principal y el palacio senatorial como reacción al destierro del obispo san Juan Crisóstomo, por lo que fueron sometidos al martirio bajo Optato, prefecto de la ciudad, partidario del culto a los falsos dioses y contrario a la religión cristiana. (406 d.c.)

 

- En Grenoble, en Burgundia, en la actual Francia, san Ferreolo, obispo y mártir, que fue asesinado a golpes por un sicario, mientras predicaba a la multitud. (659 d.c.)

 

- En Avrillé, cerca de Angers, en Francia, beato Antonio Fournier, mártir, que, artesano de oficio, fue fusilado durante la Revolución Francesa por su fidelidad a la Iglesia.(1794 d.c.)

 

VICTORIA

VICTORIA

En esto consiste el amor a Dios: en que guar- demos sus mandamientos. Y sus man- damientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

 

 

Este fragmento de la Primera Carta de Juan nos presenta la vida en una sencillez que maravilla nuestra esperanza. Tanto que nos gusta complicar y liar las cosas, enrevesarlo todo con planes complejos y posibilidades azarosas. El fin de la vida del cristiano; el amor a Dios, en la esperanza cierta de que habiendo nacido de Dios por el Santo Bautismo, a Él pertenecemos y en el venceremos a pesar de tanto bache y caída. Porque al fin y al cabo lo que vence al mundo, lo que vence al mal no somos ni tu ni yo, ni nuestras pequeñas ni grandes acciones u oraciones; lo que vence al mundo y catapulta nuestra vida la amorosa eternidad del Padre Dios es la fe en Jesucristo, la confianza depositada en aquel que todo lo dió por nuestro amor.

 

El que cree que Jesús es el Hijo de Dios es el que vence al mundo.

 

¡Que maravillosa sencillez! ¡Que distinto haríamos todo si siempre la tuvieramos presente!

DOCILIDAD

DOCILIDAD
Nuestro Señor Jesús lo quiere: es preciso seguirle de cerca. No hay otro camino. Esta es la obra del Espíritu Santo en cada alma –en la tuya–, y has de ser dócil, para no poner obstáculos a tu Dios. (Forja, 860)


Para concretar, aunque sea de una manera muy general, un estilo de vida que nos impulse a tratar al Espíritu Santo ‑y, con El, al Padre y al Hijo‑ y a tener familiaridad con el Paráclito, podemos fijarnos en tres realidades fundamentales: docilidad ‑repito‑, vida de oración, unión con la Cruz.

Docilidad, en primer lugar, porque el Espíritu Santo es quien, con sus inspiraciones, va dando tono sobrenatural a nuestros pensamientos, deseos y obras. El es quien nos empuja a adherirnos a la doctrina de Cristo y a asimilarla con profundidad, quien nos da luz para tomar conciencia de nuestra vocación personal y fuerza para realizar todo lo que Dios espera. Si somos dóciles al Espíritu Santo, la imagen de Cristo se irá formando cada vez más en nosotros e iremos así acercándonos cada día más a Dios Padre. Los que son llevados por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.

Si nos dejamos guiar por ese principio de vida presente en nosotros, que es el Espíritu Santo, nuestra vitalidad espiritual irá creciendo y nos abandonaremos en las manos de nuestro Padre Dios, con la misma espontaneidad y confianza con que un niño se arroja en los brazos de su padre. Si no os hacéis semejantes a los niños, no entraréis en el reino de los cielos, ha dicho el Señor. Viejo camino interior de infancia, siempre actual, que no es blandenguería, ni falta de sazón humana: es madurez sobrenatural, que nos hace profundizar en las maravillas del amor divino, reconocer nuestra pequeñez e identificar plenamente nuestra voluntad con la de Dios. (Es Cristo que pasa, 135)

DIRECTOR

DIRECTOR

Tú -piensas- tienes mucha personalidad: tus estudios -tus trabajos de investigación, tus publicaciones-, tu posición social -tus apellidos-, tus actuaciones políticas -los cargos que ocupas-, tu patrimonio..., tu edad, ¡ya no eres un niño!... Precisamente por todo eso necesitas más que otros un Director para tu alma.

(Camino, 63)

 

San José María Escribá de Balaguer

CHAPUZAS

CHAPUZAS

Es difícil gritar al oído de cada uno con un trabajo silencioso, a través del buen cumplimiento de nuestras obligaciones de ciudadanos, para luego exigir nuestros derechos y ponerlos al servicio de la Iglesia y de la sociedad. Es difícil..., pero es muy eficaz.

 

No podemos ofrecer al Señor algo que, dentro de las pobres limitaciones humanas, no sea perfecto, sin tacha, efectuado atentamente también en los mínimos detalles: Dios no acepta las chapuzas. No presentaréis nada defectuoso, nos amonesta la Escritura Santa, pues no sería digno de El. Por eso, el trabajo de cada uno, esa labor que ocupa nuestras jornadas y energías, ha de ser una ofrenda digna para el Creador, operatio Dei, trabajo de Dios y para Dios: en una palabra, un quehacer cumplido, impecable.

 

S. José María Escrivá de Balaguer

SOLEDAD Y SILENCIO

SOLEDAD Y SILENCIO

Cuando hay silencio, en uno más que en otro, cada uno en la casa que esté atiende a su negocio, a lo que ha venido, que es a tratar de su aprovechamiento espiritual, y académico. Pero cuando no hay silencio, entonces son las quejas, los corrillos, las murmuraciones, las amistades particulares que se fomentan con esas conversaciones y familiaridades; entonces es perder tiempo y hacerlo peder a los otros; y otros muchos inconvenientes que de esto se siguen, cuando no hay el silencio debido, parece casa de seglares, luego si hay silencio parece un paraíso, entrando por la puerta huele todo a santidad, levanta el espíritu y mueve a devoción a los que entran, dirán, verdaderamente el Señor mora aquí: esta es casa de Dios.

 La soledad y el silencio es necesaria mucho o poco, pero necesario, quieres reformar tu vida de oración, refórmese uno en el silencio y yo le doy  por reformado.

 Cuando hablamos muchos entonces hallamos en el examen haber caído en muchas culpas: El que guarda su boca guarda su alma.

 

De un antiguo libro de vida religiosa.