SOLEDAD Y SILENCIO
Cuando hay silencio, en uno más que en otro, cada uno en la casa que esté atiende a su negocio, a lo que ha venido, que es a tratar de su aprovechamiento espiritual, y académico. Pero cuando no hay silencio, entonces son las quejas, los corrillos, las murmuraciones, las amistades particulares que se fomentan con esas conversaciones y familiaridades; entonces es perder tiempo y hacerlo peder a los otros; y otros muchos inconvenientes que de esto se siguen, cuando no hay el silencio debido, parece casa de seglares, luego si hay silencio parece un paraíso, entrando por la puerta huele todo a santidad, levanta el espíritu y mueve a devoción a los que entran, dirán, verdaderamente el Señor mora aquí: esta es casa de Dios.
La soledad y el silencio es necesaria mucho o poco, pero necesario, quieres reformar tu vida de oración, refórmese uno en el silencio y yo le doy por reformado.
Cuando hablamos muchos entonces hallamos en el examen haber caído en muchas culpas: El que guarda su boca guarda su alma.
De un antiguo libro de vida religiosa.
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