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HOY TEOLÓGICO - Alfonso Luis Calvente Ortiz

Actualidad

¡VERDADERAMENTE RESUCITÓ!

¡VERDADERAMENTE RESUCITÓ!   La vida y existencia de Jesús de Nazaret es un hecho histórico constatable e irrefutable. Sólo aquellos que por motivos religiosos u otros, tales como los que afirman que la tierra es plana ó que el hombre no ha llegado a la luna, pueden dudar de ello.

  Pero desde un enfoque historicista, debemos detenernos sobre el hecho en sí que hace que la historia de Jesús transcienda y condicione la historia del propio ser humano: su resurrección.

  El hecho de la resurrección de Jesucristo se ancla en la historia, de tal manera que la condiciona y transforma de tal suerte que, casi dos mil años después, más de la cuarta parte de la humanidad celebra efusivamente el hecho en cada aniversario anual.

  La historicidad  de la resurrección de Jesús no sólo se basa en el testimonio cristiano y en el sepulcro vacío que hasta hoy se conserva. Existen muchos más datos, estudios y referencias que manifiestan el hecho de la resurrección, que sobre otros hechos históricos aceptados sin controversia alguna por la comunidad histórico-científica. Citemos algunos:

  * La existencia de múltiples documentos concordantes (cuatro evangelios, multitud de cartas y documentos de los primeros cristianos y distintos documentos históricos de ámbito judío y romano).

  * Los datos arqueológicos que sitúan cada lugar citado en tales documentos allí donde dicen estar y certifícan que el sepúlcro vacío es efectivamente un sepulcro judío del siglo primero.

  * Las consecuencias que tal hecho tuvo sobre sus testigos y sobre la historia: los testigos fueron perseguidos, torturados y ejecutados por afirmar tal hecho, pudiendo haber eludido la tortura y la muerte con tal de negarlo; la Iglesia fundamentada sobre la resurrección que sigue su curso en el mundo tras dos mil años; la cultura e influencia que ha nivel global ha tenido el mensaje cristiano a partir de tal acontecimiento.

  * El hecho de que los detractores de Jesucristo (principalmente el pueblo judío que todavía hoy sigue esperando su mesías) han invertido millones en búsquedas e investigaciones infructuosas en encontrar una alternativa a la historicidad del hecho de la resurrección, esto es, los restos sepulcrales que en su caso deberían haberse encontrado del cuerpo de Jesús.

Todo ello, junto a nuestra fe en que Jesús es el Hijo de Dios, el Verbo encarnado, nos lleva un año más a alzar los brazos al cielo y gritar con inconmensurable alegría ¡Aleluya! ¡Verdaderamente Cristo ha resucitado de entre los muertos!

¡Feliz Pascua de Resurrección!

(Si deseas saber más sobre la Resurrección de Jesucristo descarga este PDF)


SEGUIDORES DE JESUCRISTO

SEGUIDORES DE JESUCRISTO Los cristianos, y específicamente los Católicos, descubrimos en Cristo Jesús a nuestro Dios y Señor. Por Él y en Él somos dignos discípulos de su Palabra.

Cómo discípulos de Cristo somos sembradores de paz y de esperanza. Somos dignos Hijos de Dios destinados a algo que ni ojo vio ni mente pudo imaginar. 

Nuestra esperanza descansa en Jesucristo. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es nuestro Señor y Maestro. Él es el amigo fiel que nunca falla.

Sin embargo, ha quedado patente, una vez más, que ante el peligro o las dificultades de la vida, nos convertimos en objetos y sembradores de miedo y de pánico, como aquellos discípulos que huyeron ante el peligro, dejando solo ha Jesús. Nos convertimos en seguidores del mundo, cargando con sus miedos, sus manipulaciones, sus histerismos y tanta inmundicia que genera en nosotros ese profundo miedo que niega la vida eterna y la divinización de nuestras almas.

"No tengáis miedo" dice el Señor. Pero ante este imperativo que nos comunica Jesucristo le abandonamos por temor; miedo que el mundo inyecta en nuestras venas, pánico que el diablo pretende en nuestras personas, para que sumidos en la oscuridad cerremos nuestros ojos a la Luz de Cristo, nuestros oídos a su Palabra y el resto de nuestros sentidos al sosiego y esperanza que el Espíritu Santo derrama sobre aquellos a quien Dios ama.

Pero en todo esto, nuestro pecado se engrandece sobre el de aquellos discípulos asustados. Nosotros, Católicos henchidos de Espíritu Santo, somos testigos de la resurrección de Jesucristo, somos partícipes de una tradición bañada en la sangre de los Santos, nos alimentamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo, y nos confortamos en la fe que nos trasmitieron  nuestros padres, aunque a pesar de ello, huimos, negamos y nos sumergimos en la tenebrosa oscuridad del mundo participando de ella.

¿Somos seguidores de Jesús, de aquel Jesús que venció al Mundo, o somos meros advenedizos deseosos de participar de la funestas directrices de Mundo, de los placenteros deleites de la Carne y de los siniestros engaños del demonio?

SIGNOS

SIGNOS Tempestades de mal que atraviesan y siembran el terror a través de los tiempos, desde la quijada de burro que destrozó el cráneo de Abel hasta los millones de bebés no nacidos decapitados, troceados, envenenados, quemados...

Signos de los tiempos dicen algunos. Pero uno solo es el signo de la victoria del amor sobre todo terror e iniquidad; el signo de la Cruz. Cruz victoriosa que nos anuncia la vida a la que estamos llamados más allá de este espacio y de este tiempo. Vida mayúscula de verdaderos Hijos de Dios, pues lo somos.

No creo, ni tan siquiera, que haya comenzado el principio de los dolores, más bien, estos dolores son dolores de expectación, como dice San Pablo. La Humanidad está todavía por darse a conocer, tanto en el bien y el amor especialmente significados entre nosostros en la sangre de los mártires, como desgraciadamente en el mal y el terror.

A pesar de que algunos incautos pretendan negar la existencia del infierno, éste se ha hecho presente a través de los siglos en el corazón de tantos malvados que bien han sabido mostrar el terror del diabólico fuego en sus acciones.

Signos sí, me quedo con el de Mons. Juan Antonio Reig Pla, que atrevido acompaña a Jesús a las afueras de Nazaret para ser despeñado por un barranco con Él; porque "llamar a las cosas por su nombre" tiene un precio,para nosotros precioso y maravilloso: el precio de la Cruz

RESUCITAR

RESUCITAR

El título de este artículo viene a significar, de alguna manera, lo que espero que ocurra con este blog, y con mi firme decisión de continuar dejando mi pobre y humilde testimonio en unas pocas letras que tan pocos ojos se dignarán a dar sentido.

Pero este resucitar, no solo viene dado por mi enorme inconstancia en escribir o por las enormes dificultades que unas tan pobres palabras como las mías pueden ocasionar a mentes e intelectos mucho más privilegiados que el mío.

Pareciera que el término resucitar fuere incontrovertible. Pero cuando hablamos de la Resurrección de nuestro Señor, de la Resurrección de Jesucristo, Jesús de Nazaret, parece que entonces el término debiera ser explicado, connotado, acotado o referenciado, o cuanto menos modelado y adaptado a las circunstancias en las que deba de ser expresado.

Algunos piensan que afirmar la historicidad de la Resurrección de Jesucristo es exagerado. Otros, o quizás los mismos, se pueden atrever a dejar por escrito que afirmar la reanimación corporal del Señor pueda ser interpretado controvertidamente en perjuicio de la reflexión teológica de otros bien reconocidos por su ortodoxia teológica. A pesar de la claridad del Catecismo, a pesar del testimonio perenne e inmutable de la Tradición de la Iglesia, esos algunos, que resultan ser siempre los mismos, donde siempre se ha dicho digo se atreven a decir Diego.

 

Ahora es el Papa Francisco, el que repite el digo de la Resurrección de nuestro Señor. La Verdad que siempre ha sostenido la Iglesia, la Verdad que sostiene la Iglesia Católica y todos los católicos vuelve a quedar patente, inquebrantable como luz inconsumible que ilumina y siempre iluminará el mundo:

“Si el amor del Padre no hubiese resucitado a Jesús de entre los muertos, si no hubiese podido devolver la vida a su cuerpo, no sería un amor plenamente fiable, capaz de iluminar también las tinieblas de la muerte”. (Carta Encíclica “Lumen Fidei”, del Sumo Pontífice Francisco a los Obispos, a los Presbíteros y Diáconos, a las Personas Consagradas y a todos los Fieles Laicos sobre la Fe. Nº 17)


Y cuando habla quien debe, y tan claramente, no puedo sino que emocionarme y llorar.

 

Dios os bendiga y os guarde!


MASONERÍA

MASONERÍA

Se nos ha hecho creer que la masonería no es más que un movimiento o asociación de inocentes y filantrópicas intenciones. De igual forma se pretende hacer creer que Satanás, demonio personal, y el propio infierno no existen. Sobre esto último cabría una más amplia exposición. Sobre lo primero, sirva de muestra un botón:

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Informa El Tribuno de Salta:

La Justicia prohibió imponer oraciones y otras prácticas del catolicismo en la escuela pública en un fallo que se consideró de gran relevancia social. La decisión responde a un recurso de amparo presentado por padres que denunciaban discriminación hacia chicos que tienen otras creencias. También se ordenó adaptar la materia de religión “a la libertad de conciencia”.
El juez Marcelo Domínguez dispuso que el Gobierno tome las medidas necesarias para que cese la necesidad de participar en actividades propias de la Iglesia Católica para todos los alumnos.

http://www.eltribuno.info/Salta/Note.aspx?&Note=133053&PAGE=2&PAGESIZE=10

E inmediatamente, la Gran Logia largó este comunicado:

“En noviembre de 2011, la Masonería Argentina dio a conocer su “Carta de Salta” al término de las deliberaciones de su Congreso Nacional del Simbolismo. Expresó, entre otros conceptos, que el laicismo es la “doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa”. También dijo en ese documento que la masonería “no constituye una religión, respeta a todos los credos por igual bajo el amparo de la ley y reserva las creencias y sus prácticas al fuero íntimo de cada persona”.

Esos conceptos retoman vigencia al conocerse la sentencia de la justicia salteña en una acción de amparo promovida en 2010 por un grupo de madres contra la ley que dispuso la enseñanza religiosa en los establecimientos de educación pública de la provincia.

Según se ha sabido, el fallo dispone que el gobierno salteño modifique el contenido de la referida asignatura dotándola de un contenido “imparcial, objetivo y respetuoso de la libertad de conciencia y de expresión”.
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones expresa su satisfacción por el avance que supone esta palabra judicial, pero lamenta que no haya alcanzado para evitar el propio dictado de la materia ni haya declarado la inconstitucionalidad de la norma que la contiene. También señala su apoyo a la precaución que se deberá adoptar para que se enseñe religión como un hecho cultural y axiológico y no en beneficio de un credo específico, porque el Estado no debe valerse de la educación pública para beneficio de una religión en particular.

En su Congreso Nacional del Simbolismo de 2011, la Masonería Argentina puntualizó con preocupación que en Salta “se olvida que el Estado es de todos, que además los creyentes, los agnósticos y los no creyentes lo sostienen con sus impuestos y contribuciones y que esos dineros públicos no pueden ser destinados a fines arbitrariamente decididos por el administrador y ajenos al conjunto de la sociedad. Admitimos que existen credos que son practicados por una mayoría del pueblo, pero es de buen ejercicio de la democracia que no se tome a la parte por el todo y se decidan medidas que no respetan ni atienden a la dignidad de los ciudadanos que integran las minorías”.

La sentencia judicial ha coincidido parcialmente con esos conceptos. Es necesario ahora que las instancias superiores de la Justicia se hagan cargo del trecho que resta por recorrer y dicten un fallo que asegure la neutralidad religiosa en la enseñanza pública como forma de asegurar la igualdad de oportunidades.

http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=145049
Nota catapúltica

¿Se animará la Iglesia argentina en pleno a condenar a los tripuntes ?
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Publicado en http://www.catapulta.com.ar/

Apostasía

Apostasía Algunos mantienen la opinión de que los recientes levantamientos "populares" en los países de influencia islámica responden a una concienciación global que, facilitada por las nuevas tecnologías, presenta y descubre la inutilidad de la religión y las bondades del neoliberalismo occidental.

Me temo que aquellos que ponen sus esperanzas antirreligiosas en los recientes y tristes acontecimientos violentos de pueblos verdaderamente oprimidos se verán defraudados. Parecen creer que los acontecimientos actuales responden a una gran apostasía del mundo islámico.

Me parece vislumbrar detrás de los movimientos populares del Norte de África y de Oriente Próximo una clara influencia radical islamista. Ciertamente en Egipto se pretende, a través de su constitución, que ni una mujer ni un cristiano puedan acceder a la presidencia del estado; en Libia resulta que los cabecillas revolucionarios son los antiguos ministros del régimen de Gadafi que más brillaron por su radicalidad religiosa.

No comprendo bien la necedad de occidente. ¡Si, necios e hipócritas! Ante los recientes acontecimientos en el Sahara (decenas de muertos y cerca de 200 desaparecidos) volvimos la espalda; ante las continuas violaciones de derechos humanos en la numerosísima lista de dictaduras opresoras, nos mostramos indiferentes.

Olvidamos lo que nos conviene, con mucha prisa. Lanzamos nuestro misiles que desgarran vidas por intereses políticos y económicos. A nadie podemos engañar.

Si de pronto nos presentamos como los justicieros y garantes de la justicia ante los pueblos del mundo, comencemos por lanzar, no misiles, sino bienestar social y económico a los 1.200.000.000 de personas que pasan hambre extrema en nuestro mundo. De otra forma, al igual que declaramos la guerra unilateralmente a Libia (Hermano Gadafi diría en otra próxima hora nuestro soberano) deberemos declarar la guerra a esta lista de dictaduras que oprimen y vulneran continuamente los derechos humanos y las vidas de los pueblos que gobiernan.

113 Madagascar 3.94 Authoritarian regime Presidential system
114 Kuwait 3.88 Authoritarian regime Constitutional monarchy
115 Mauritania 3.86 Authoritarian regime Islamic republic
116 Morocco 3.79 Authoritarian regime Constitutional monarchy
117 Jordan 3.74 Authoritarian regime Constitutional monarchy
118 Ethiopia 3.68 Authoritarian regime Federalism, Parliamentary republic
119 Fiji 3.62 Authoritarian regime Military Junta
120 Burkina Faso 3.59 Authoritarian regime Semi-presidential system, republic
121 Cuba 3.52 Authoritarian regime Socialist republic, single-party communist state
122 Bahrain 3.49 Authoritarian regime Constitutional monarchy
123 Nigeria 3.47 Authoritarian regime Federalism, Presidential system
124 Togo 3.45 Authoritarian regime Republic
125 Algeria 3.44 Authoritarian regime Semi-presidential system, republic
126 Cameroon 3.41 Authoritarian regime Republic
126 Comoros 3.41 Authoritarian regime Federal Republic
128 Niger 3.38 Authoritarian regime Military Junta
128 Gambia 3.38 Authoritarian regime Republic
130 Belarus 3.34 Authoritarian regime Presidential system
131 Angola 3.32 Authoritarian regime Presidential system
132 Kazakhstan 3.30 Authoritarian regime Presidential system
133 Gabon 3.29 Authoritarian regime Republic
134 Rwanda 3.25 Authoritarian regime Republic
135 Azerbaijan 3.15 Authoritarian regime Presidential system
136 People’s Republic of China 3.14 Authoritarian regime People’s democratic dictatorship, socialist state and single-party communist state
137 Qatar 3.09 Authoritarian regime Constitutional monarchy
138 Egypt 3.07 Authoritarian regime Military junta
139 Côte d’Ivoire 3.02 Authoritarian regime Semi-presidential system, republic
140 Vietnam 2.94 Authoritarian regime Socialist republic, single-party communist state
141 Swaziland 2.90 Authoritarian regime Absolute monarchy
142 Republic of the Congo 2.89 Authoritarian regime Republic
143 Oman 2.86 Authoritarian regime Islamic absolute monarchy
144 Guinea 2.79 Authoritarian regime Military junta
144 Tunisia 2.79 Authoritarian regime Republic
146 Zimbabwe 2.64 Authoritarian regime Semi-presidential, parliamentary, consociationalist republic
146 Yemen 2.64 Authoritarian regime Republic
148 United Arab Emirates 2.52 Authoritarian regime Federalism, Constitutional monarchy
149 Tajikistan 2.51 Authoritarian regime Presidential system
150 Afghanistan 2.48 Authoritarian regime Islamic republic
151 Sudan 2.42 Authoritarian regime Federalism, presidential system, republic
152 Eritrea 2.31 Authoritarian regime Semi-presidential republic
152 Syria 2.31 Authoritarian regime Presidential system, single party, republic
154 Djibouti 2.20 Authoritarian regime Semi-presidential republic
155 Democratic Republic of the Congo 2.15 Authoritarian regime Semi-presidential republic
156 Laos 2.10 Authoritarian regime Socialist republic, single-party communist state
157 Guinea-Bissau 1.99 Authoritarian regime Semi-presidential system, republic
158 Libya 1.94 Authoritarian regime Jamahiriya ("State of the masses"
158 Iran 1.94 Authoritarian regime Islamic republic
160 Equatorial Guinea 1.84 Authoritarian regime Presidential republic
160 Saudi Arabia 1.84 Authoritarian regime Islamic absolute monarchy
162 Central African Republic 1.82 Authoritarian regime Republic
163 Burma 1.77 Authoritarian regime Military junta (de facto military dictatorship)
164 Uzbekistan 1.74 Authoritarian regime Presidential republic
165 Turkmenistan 1.72 Authoritarian regime Presidential republic single-party state
166 Chad 1.52 Authoritarian regime Republic
167 North Korea 1.08 Authoritarian regime Socialist republic, songun regime

Fukushima

Fukushima

Mientras medio mundo anuncia el apocalípsis, el colapso nuclear y el acabose del comenzose, los japoneses continúan buscando y llorando a sus víctimas. Trabajan arduamente, no hablan, no discuten, trabajan y trabajan por resolver los problemas.

 

Tras una de las ecatombes más terribles e imprevesibles qe pueda sufrir una comunidad, el pueblo japonés da al mundo una lección de abnegación y de humanidad. Mientras, nuestros políticos se rasgan las vestiduras, unos porque al desastre natural no le sigue la devastación de la catástrofe nuclear que parecen desear, otros porque creen que sus ideologías son más importantes que las propias personas que sufren y mueren en su cotidiano devenir.

 

La realidad se nos presenta sobrecogedora pero llena de esperanza. La apostólica afirmación: "Muestrame tu fe sin obras que por mis obras te mostraré mi fe", parece asumida hoy por el pueblo japones que con pocas palabras pero con mucho trabajo, tesón y esperanza, parece haber controlado el riesgo de Fukushima, mientras aquí en Europa ya se anunciaba el fin.

 

Una vez más contemplamos que el ser humano es frágil y vulnerable, aunque algunos jueguen a ser dios sin Dios, y que nuestro destino y sentido de vida se encuentra  más allá de todo lo que podamos llegar a imaginar.

BENEDICTO

BENEDICTO

No debemos caer, los católicos españoles, en  la actual corriente laicista que inserta, en muchos casos, sus inicuos humos en el seno más íntimo de nuestras comunidades. Me refiero a la indiferencia que se manifiesta respecto a las enseñanzas y palabras del Papa Benedicto XVI , es más, al hecho que la propia persona del Papa se ignora como Vicario de Cristo, cabeza de la Iglesia y sucesor de Pedro.

Cuando asistimos a noticias o presenciamos comentarios sobre palabras de nuestro amado Papa, éstos suelen ser en la mayoría de los casos peyorativos, y en el mejor de los casos breves brisas que se vanalizan y se rebajan a la condición de la indiferencia.

Se habló en su día del viaje de Benedicto XVI a España en su visita a Santiago y a Barcelona. Poco quedó después de la tergiversación malintencionada de sus palabras y de la inicua manipulación a la que siempre son dados los entes mediáticos. La pena en todo esto es que los católicos poco hacemos para contrarrestar el grito de mal, mal que se enraiza y profundiza en nuestra sociedad cuanto más el bien calla.

Las palabras de nuestro Santo Padre, sus enseñanzas y comentarios deben ahondar en nuestros corazones y deben encontrar amplificación en el testimonio vivo de nuestras personas. Para muestra, he recopilado textualmente algunos de los mensajes e ideas que Benedicto XVI sembró entre nosotros (que aprendan a leer y a escuchar aquellos que adoran el arte de la terjiversación):

 

"En lo más íntimo de su ser, el hombre está siempre en camino, está en busca de la verdad. La Iglesia participa de ese anhelo profundo del ser humano y ella misma se pone en camino, acompañando al hombre que ansía la plenitud de su propio ser. Al mismo tiempo, la Iglesia lleva a cabo su propio camino interior, aquél que conduce a través de la fe, la esperanza y el amor, a hacerse trasparencia de Cristo para el mundo. Ésta es su misión y éste es su camino: ser cada vez más, en medio de los hombres, presencia de Cristo, "a quien Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia santificación y redención". Por eso, tambien yo me he puesto en camino para confirmar en la fe a mis hermanos."

 

"También yo quisiera invitar a España y a europa a edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere, y desde la justicia para todos, comenzando por los más pobres y desvalidos. Una España y una Europa no sólo preocupadas de las necesidades materiales de los hombres, sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas, porque todas ellas son exigencias genuínas del único hombre y sólo así se trabaja eficaz, íntegra y fecundamente por su bien."

 

"Entre verdad y libertad hay una relación estrecha y necesaria. La búsqueda honesta de la verdad, la aspiración a ella, es la condición para la auténtica libetad. No se puede vivir una sin otra... sin esa aspiración a la verdad, a la justicia y a la libertad, el hombre se perdería a sí mismo."

 

"Para losdiscípulos que quieren seguir e imitar a Cristo, el servir a los hermanos ya no es una mera opción, sino parte esencial de su ser. Un servicio que no se mide por loscriterios mundanos de lo inmediato, lo material y vistoso, sino porque hace presente el amor de Dios a todos los hombres y en todas sus dimensiones, y da testimonio de Él, incluso en los gestos más sencillos."

 

"El amor indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realñización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar."

 

"Os pido que sigáis socorriendo a los más pequeños y menesterosos, dándoles lo mejor de vosotros mismos."

 

"Es imprescindible que los nuevos desarrollos tecnológicos en el campo médico nunca vayan en detrimento a la vida y la dignidad humana, de modo que quienes padecen enfermedades o minusvalías psíquicas o físicas puedan recibir siempre aquel amor y atenciones que los haga sentirse valorados como personas en sus necesidades concretas."

 

"He deseado abrazar a todos los españoles, sin excepción alguna, y a tantos otros que viven entre vosotros, sin haber nacido aquí."

 

Benedicto XVI - España 2010

 

 

Reconciliación

Reconciliación

CAMINOS DE RECONCILIACIÓN

Recorro con frecuencia los escenarios madrileños en los que viví la guerra, situados en la zona más conflictiva como era el sector central de la capital, donde la actuación de los grupos de izquierda fue más intensa antes y durante la contienda.

Mis familiares eran de convicciones opuestas, aunque nunca tuve la sensación de que ello influyera de manera importante en sus relaciones normales. Mis padres eran de creencias religiosas firmes, mientras un hermano de mi madre fue activista significado en el Madrid de la guerra, y otro tío se ofreció como combatiente en las filas republicanas.

Finalmente, mi padre fue fusilado, uno de mis tíos falleció en un campo de concentración alemán, y el tercero cayó en el frente de Brunete.

Al rehacer ese itinerario, recuerdo las locas carreras que protagonizaba, con otros niños de la vecindad, en busca de la boca de Metro más próxima para refugiarnos cuando las sirenas anunciaban la proximidad de los aviones. No siempre llegamos a tiempo, y en una de esas ocasiones, en la tarde del 24 de diciembre del 36, una hermana mía, de 13 años, quedó para siempre sobre el asfalto. También ella se encuentra hoy, sin identificar, en los osarios del Valle.

 

Familias que vivieron el perdón

Las huellas dejadas por la contienda sobre la tierra y el espíritu de España fueron tan profundas como unos saben y otros intuyen. Entre otras cosas, creció el hambre y la carencia de casi todo: volví a recorrer las calles, cupón en mano, en busca de los alimentos sólo asequibles con él. Vino también la represión, y también el perdón.

Recuerdo el testimonio oral de uno de los mejores conocedores de la anterior represión republicana en Madrid: muchos cientos de personas juzgadas por delitos de sangre fueron salvados en última instancia por la negativa de los familiares de los asesinados a afirmar la identidad de los acusados, a pesar de haber sido testigos directos de las detenciones. Puestos en el trance de testificar bajo juramento, se las ingeniaban para evitar mentir sin denunciar al que habían reconocido como responsable de esa muerte.

Tampoco a mi madre le oí nunca una sola palabra de reprobación, ni hacia quienes le habían arrebatado al esposo y padre de sus hijos, ni hacia los familiares que habían militado en el otro bando.

El mensaje de los mártires no es otro que el del perdón: que donde antes había enemigos, ahora hay hermanos. Es el mismo legado que el del Valle de los Caídos.

 

Ni de un lado, ni del otro

Pasados los años, llegué hasta aquí con otros hermanos de la abadía de Silos. Puede ser oportuno decir que la presencia de los monjes en el Valle no nos sitúa de un lado, como algunos podrían interpretar. Sería más exacto decir que nos hemos colocado entre unos y otros.

Por nuestra participación desde hace quince siglos en la historia de Europa, en la que hemos sido testigos de todos sus avatares y en la que hemos contribuido a poner los fundamentos del orden espiritual y social, los monjes conocemos lo precario de todas las situaciones históricas y el valor primario invariable que los factores espirituales tienen en los acontecimientos humanos.

Fue esta perspectiva la que nos indujo a aceptar nuestra presencia aquí. O, más bien, la que convenció a la Iglesia a aceptar en su nombre esta presencia de los monjes. Lo cual ponía en el primer rango de la visión del Valle la dimensión religiosa.

Pero ello no cambiaba su signo propio, sino que lo asumía, confirmando así la eminente realidad espiritual del monumento y trascendiendo, sin borrarlas, sus connotaciones históricas. Porque no se trata de ignorarlas, sino de considerarlas como exponente de la situación de vértigo en que una sociedad puede entrar cuando se apodera de ella una alucinación iconoclasta de sus bases sociales y morales.

La dimensión religiosa enlaza con la visión cristiana de la reconciliación, a la que el Valle sirve por definición legal y por convicción de sus fundadores, civiles y eclesiásticos. Algo que permanece grabado en las piedras, en los textos y en los corazones de quienes servimos diariamente a esa tarea.

Lo hacemos primordialmente en el contexto teológico en que la verdadera reconciliación puede tener lugar:Por la sangre de Cristo, en el que los dos pueblos han visto derribado el muro que los separaba, hasta formar con ambos un solo cuerpo mediante la Cruz (cf. Ef 2, 13-16).

 

A su sombra, en el Valle, nosotros proclamamos: Él es nuestra paz.

Desde mi experiencia familiar, me gustaría acentuar que el espíritu de concordia debe sobreponerse a las diferencias secundarias, a fin de cimentar nuestra identidad como pueblo sobre las raíces espirituales y culturales comunes.

 

 Anselmo Álvarez, OSB- Abad de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos

MEMORIA

MEMORIA

Si! es lícito que hagamos memoria. Recordemos que no todo tiempo pasado fue mejor, y dejemos nuestros pesimismos de lado para afrontar los tremendos cambios y retos actuales a los que nos enfrentamos. Memoria, sí, para aprender de aquellos que, con ilimitado tesón, supieron soportar la persecución a Cristo en sus carnes y nos dieron ejemplo del testimonio extremo del cristiano frente a una situación que convierte a la nuestra en poco menos que terreno abonado para la siembra.

 

"La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado, en todo el territorio leal, excepto el vasco, es la siguiente:

a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruídos, los más con vilipendio.

b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido.

c) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron.

d) Los parques y organismos oficiales recibieron campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de clto, los han fundido y aun han aprovechado para la guerra o para fines industriales sus materiales.

e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos, llevando a cabo -los organismos oficiales que los han ocupado- en su edificación obras de carácter permanente...

f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y destruidos.

g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso.

h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios, buceando en el interior de las habitaciones de vida íntima personal o familiar, destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerde.

 

Manuel de Irujo

Ministro de la República

7 de Enero de 1937

Toros

Toros

De pequeño me gustaban los toros. Nunca me entusiasmaron, pero me gustaban. Quizás porque desde que tuve uso de razón y durante algunas temporadas acompañe a mi padre, que Dios lo tenga en su gloria, a las corridas veraniegas que se celebraban en la plaza de toros de Benidorm.

 

Claro, mi padre era veterinario, sí también el veterinario de la plaza. A veces nos llevaba, a mi y mis hermanos, el día anterior a ver la revisión de los toros en chiqueros. Despues de las corridas, siempre bajaba al callejón a ver que podía encontrar; me hacía mucha ilusión encontrar algún objeto olvidado ó deshechado (recuerdo una banderilla rota). Incluso recuerdo que entraba en el matadero de la plaza y, aún con la oposición de mi padre, me escurría para ver como deshollaban y cuarteban a los animales.

 

Ahora, formado como persona, con facultar pura de razón, y a pesar de la nostalgia de mi infancia y los buenos sabores que me trae, no puedo sino estimar como barbarie injustificable la tortura, maltrato y vejación de un animal para diversión y entretenimiento de unos, provecho de pocos y lucimiento de diestros.  

 

La pura razón no puede sino condenar una práctica basada en el sufrimiento, abuso y denigración de un animal, que por otro lado no lo merecería en modo alguno por su nobleza, temple y bravura, para espectáculo y diversión de los más ufanos defensores de la fiesta ensangrentada.

 

Cuanto más si nuestra mirada se torna en mirada cristificada; si nuestro parecer debiera amoldarse al parecer de Jesucristo; si nuestra condición fuera bondadosa, amable y misericorde.

 

A modo de cristiana documentación reproduzco un fragmento del artículo publicado por Armando Rubén Puente (AICA 16/8/10):

 

 Condenas de los Papas
     Pero fue a mediados del siglo XVI cuando los Papas las condenaron.

     En 1567 san Pío V decretó en la bula “De salutis gregis dominici” que quienes participaran o presenciaran las corridas de toros incurrían automáticamente (“latae sententiae”) en la pena de excomunión.

     Pocos años después, en 1575, ante la reacción de las autoridades en los reinos dependientes de la poderosa corona española  –Castilla, León, Nápoles y Portugal–  que interpretan que el documento pontificio era un ataque a España y una muestra de la “incomprensión” de su “historia y su cultura”, Gregorio XIII moderó el riguroso decreto de su antecesor en el breve “Exponis nobis super”, excluyendo de la excomunión a los laicos que presenciaran el espectáculo, y reservando la sanción solo a los sacerdotes y religiosos.

     Ocho años más tarde, Sixto V volvió a poner en pleno vigor la bula de san Pío V, haciéndose eco de las denuncias de obispos y teólogos españoles acerca de los abusos interpretativos con los que se aplicaba la bula de Gregorio XIII.

     En 1596 Clemente VIII en un nuevo documento, “Suspectus numerus”, levantó todos los anatemas y censuras, reservándolas exclusivamente a los frailes de las órdenes mendicantes.

     Tantos documentos contradictorios originaron durante medio siglo un enorme revuelo, crearon un ambiente apasionado y causaron la desorientación entre los católicos. En ese período Santo Tomás de Villanueva y San Juan de Ávila escribieron condenándolas por “el riesgo de muerte al que se exponen voluntariamente los caballeros que intervienen en ella y los peones que los ayudan” y “la crueldad inútil” y “brutalidad” con que tratan a los animales. Son “restos de antiguas barbaries de siglos pasados, que siguen causando muchas muertes”.

     En 1590 un canónigo de la catedral de Toledo decía: “Es el más peligroso de los espectáculos, donde mueren y se ve morir hombres y se cometen más excesos y pecados”. Y sin embargo, “a pesar de las prohibiciones papales, se siguen corriendo los toros como antes”.

REAL

REAL

EL MUNDO REAL ES EL DEL 80% DE LA POBLACIÓN MUNDIAL QUE MAL VIVE CON EL 15% DE LAS RIQUEZAS DE NUESTRO PLANETA. EL MUNDO REAL ES EL DE LOS 220 CONFLICTOS ARMADOS EN EL MUNDO QUE EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS HAN DEJADO 87 MILLONES DE MUERTOS Y MUCHOS MILLONES MÁS SUFRIENDO VIOLACIONES EN SUS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES.

 

 (Elias López S.J.)

GOL

GOL

Algunos de mis conocidos se sorprenden del entusiasmo que me ha suscitado la victoria de España en este campeonato del mundo.

 

Sí, estoy más que entusiasmado. Este campeonato del mundo es mucho más que una victoria a nivel deportivo que pueda ser interpretada como un logro social deportivo de alto nivel.

 

Cuando uno vive en referencia a Dios no puede sino interpretar todos los acontecimientos en referecia a Aquél que todo lo tiene presente. El gol de Iniesta, ese simple alargamiento de pierna que impulsa un esférico dentro de la portería de aquellos que otra hora se opusieran a nuestras picas, a sido más que un gol, es más que un campeonato del mundo, es un acontecimiento histórico que a dado la fuerza e ilusión a un pueblo, adormecido por la desidia y el relativismo impuesto, para volver a reconocerse a sí mismo y así valientemente expresarlo.

 

¡Soy Español! Es el grito unánime de un pueblo que ha visto y sentido en su espíritu el clamor de la trascendencia de ser, y de ser español con todo lo que ello con lleva; a pesar de aquellos que inicuamente empecinados en el error perseveran en la fatal negación del espíritu histórico de España. Hoy, por encima de signos políticos, por encima de coacionés y represiones, más allá de vanas interpretaciones, ser español recobra su genuíno sentido trascendental. Sí, pertenecemos a esta gran comunidad humana con todo lo que ello representa, de bueno para engrandecerlo y de malo para aprender de aquellos fatales errores. Con nuestra historia, con nuestra gallardía, con nuestra plural cultura, con nuestros pueblos, con nuestra religión, con todos y cada uno de los logros personales y colectivos conseguidos a lo largo de tantos siglos de historia.

 

¿Cómo no ver en ello un signo de los tiempos? ¿Cómo no interpretar un gol, un partido, un acontecimiento, que aunque en sí insignificante enardece y recupera el espíritu conmovido de un pueblo? ¿Cómo pretender que Dios nada tiene que ver en el conmovible corazón de tantos que, fuera de lógica razón deportiva, exaltan la historia que tan señaladamente a mirado al que todo lo trasciende?

 

Y es que a pesar de que el intelecto y la carne pueden ser entumecidos por la sin razón de irracionales ideologías o por la ilusoria satisfacción de la sobre abundancia pasajera, el espíritu indoblegable siempre gime por su creador. Y es que, este espíritu, nuestro espíritu español gemía con brutal fuerza ante la desgarradora mutilación a la que los nacionalismos exacerbados y las inmorales propuestas relativistas lo estaban sometiendo en las úntimas décadas.

 

España, si España, ya comenzó a forjarse en el traicionado corazón de D. Rodrigo, estandarte que enardecería el espíritu de D. Pelayo, hierro y sangre de los Católicos, corazón de América, defensora de la Concepción Inmaculada. España borbónica y España Carlista; España republicana y España monárquica, España de Dictaduras y España de democracias; España de cruentos crímenes y España de heróicos salvadores; España de Santos y España de ruínes; España de Españas; España nuestra, de los españoles; España de todos lo que desean amarla; España de Dios y del Ángel de España.

 

EXCOMUNIÓN

EXCOMUNIÓN

 

La excomunión "latae sententiae" es una pena canónica que automáticamente recae sobre el católico que conscientemente comete un grave pecado:

 

"La excomunión automática (latae sententiae) "de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito". Se trata de delitos sumamente graves: apostasía, herejía o cisma. (Canon 1364); la violación directa del sacramento de la confesión por un sacerdote (Canon 1388); el procurar o participar en un aborto o la cooperación necesaria para que un aborto se lleve a cabo (CIC 2272; Ley Canónica 1398)."

 

Así pues, debemos precisar que todo aquél, sin excepción, que conscientemente ha promovido, votado, apoyado firmado, promulgado o sancionado la nefanda ley del aborto en España, de hecho, ipso facto, fue excomulgado en el momento en que realizó la acción, sin la que como cooperación necesaria, la ley no habría salido adelante y procurado el medio legal para llevar a cabo los cientos de miles de asesinatos de seres humanos no nacidos que se realizarán en los próximos años.

 

El Papa Juan Pablo II en la Encíclica "Evangelium Vitae", aclaró, dejando fuera todo género de dudas, el alcance de la pena de excomunión para el delito del aborto:

"La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluídos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido."

¿Cuantos abortos se producirán en los prócimos años al amparo de esta ley? Cuantos bebés no nacidos hubieran visto la luz de la vida si nuestros políticos y gobernantes, y en particular nuestro monarca, no hubieran apoyado, legalizado y promulgado la abominación del asesinato del más débil y desprotegido?

 

¡Sólo pido a Dios que se arrepientan de sus acciones, se conviertan y busquen la salvación!

 

El Catecismo de la Iglesia Católica, fiel guía de la sana doctrina magisterial, sintetiza la repercusión del nefando delito del aborto:

 

2272 La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. "Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae" (CIC, can. 1398) es decir, "de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito" (CIC, can 1314), en las condiciones previstas por el Derecho (cf CIC, can. 1323–24). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad.

 

BALDUINO

BALDUINO

Decía Vicente Giner Boira que el Rey Balduino de Bélgica "cumplió con su conciencia. Y además cumplió con la Constitución Belga. Sí, porque esa Constitución que el pueblo de Bélgica se dió y votó, no admite la pena de muerte y, por consiguiente, no faculta al Rey para poder firmar una sola pena de muerte. Se lo prohibe." (Mundo Cristiano 390)

 

En 1990, el Rey Balduino I de Bélgica protagonizó una crisis política sin precedentes al alegar razones éticas y de conciencia para negarse a dar la preceptiva sanción real a una enmienda legal que despenaliza el aborto en Bélgica. Para evitar firmar esa ley, el monarca abdicó durante veinticuatro horas.

 

Hoy, en España, se ha firmado, no una ley de despenalización, sino una ley criminal y homicida que permite el asesinato premeditado y con toda clase de agravantes de seres humanos. Hoy, en España, nuestro monarca manda a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley orgánica que regula la eliminación libre de seres humanos hasta las 12 semanas de gestación, que permite el asesinato de bebes no nacidos de hasta cinco meses y medio siempre que se valore un grave riesgo para el completo bienestar mental ó social de la madre, que cuasi impone la abominación genocida de pena de muerte para el bebé no nacido incluso en el mismo día de su posible nacimiento cuando padeciere enfermedad que se valore como extremadamente grave e incurable por un sólo médico o éste informe que el bebé no vivirá tras el alumbramiento. (Constitución Española. Artículo 15. Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.)

 

Hoy día de la anunciación de María, día de la concepción en su seno virginal del Redentor y Salvador de la Humanidad, a nueve meses del nacimiento de nuestro Señor, hoy brindamos un orgulloso homenaje a todos aquellos que se hicieron voz de los sin voz y testimonio vivo de caridad: "Balduino I de Bélgica, Rey y Católico".

 

En este mismo día, y como español y católico debo sentir verguenza por aquél que frente a la insigne figura de Balduino no tiene más que hecharse las manos a la cara, convertirse y pedir perdón, ya que ni rey ni católico, tal vez genocida.

ESPLENDOR

ESPLENDOR

El esplendor de la verdad, "Veritatis Splendor", es el título de la Carta Enciclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II dirigida a todos los Obispos e la Iglesia Católica sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia.

 

Vengo a introducir este texto del Magisterio en este punto, porque creo necesario recordar que ante hechos tan ignomiosos, como la aprobación de la nefanda Ley del Aborto en España, no se puede titubear o intentar matizar las actitudes de algunos por muy soberanos y reales que sean. Más cuando corresponde a estas altas responsabilidades del estado y del gobierno velar y garantizar los derechos fundamentales e inalienables de los seres humanos que Dios ha puesto bajo su autoridad. Desde el Rey, pasando por todo parlamentario y senador, político y asesor, hasta el último de los responsables públicos, incurren en un grave pecado de escándalo cuando con su actitud y actuación proponen e incitan a valorar la ignominia del homicidio y el asesinato del más indefenso e inocente como un derecho y un bien social.

 

Juan Pablo II trasmite dentro del Magisterio Eclesial a sus Obispos que: "La voz de la conciencia ha recordado siempre sin ambigüedades que hay verdades y valores morales por los cuales se debe estar dispuestos a dar incluso la vida" (VS 94)

 

Para aclarar que nadie por cargo o situación puede quedar eximido de su obligación para con Cristo, cuando má debiera testimoniar su fidelidad al Evangelio, la encíclica refiere: "Existe no obstante un testimonio de coherencia que todos los cristianos debes estar dispuestos a dar cada día, incluso a costa de sufrimientos y de grandes sacrificios." (VS 93)

 

Finalmente y en palabras de Pablo VI, de feliz memoria, el referido magisterio recuerda a los Obispos que: "No disminuir en nada la doctrina salvadora de Cristo es una forma eminente de caridad hacia las almas. Pero ello ha de ir acompañado siempre con lapaciencia y la bondad de la que el Señor mismo ha dado ejemplo en su trato con los hombres. Al venir no para juzgar sino para salvar, Él fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso hacia las personas." (VS 95)

Nefando

Nefando

Tal como seguimos en esta pequeña disertación sobre el nefando crimen del aborto y la ignomiosa Ley aprobada por el Parlamento español y sancionada y promulgada por el borbón mnarca Juan Carlos I, debemos recordar en este punto tres anotaciones del Magisterio de la Iglesia Católica (que sólo obligan a aquellos que sin encontrarse excomulgados de hecho o de derecho), del todo necesarias en este punto:

Cuando nuestro amado Pontífice Benedicto XVI firmaba entonces como Joseph Card. Ratzinger, Prefecto, la Congregación para la Doctrina de la Fe emitía una nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y conducta de los católicos en la vida política. Entre diversas consideraciones, la nota resaltaba: "Juan Pablo II, en línea con la enseñanza constante de la Iglesia, ha reiterado muchas veces que quienes se comprometen directamente en la acción legislativa tienen la precisa obligación de oponerse a toda ley que atente contra la vida humana". Cuanto más quedaba obligado el Borbón a garantizar este principio cristiano que queda refrendado en la propia Constitución Española cuando dice en su artículo 15 que "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral".

El propio Concilio Vaticano II declara:"Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la insigne misión de conservar la vida, misión que ha de llevarse a cabo de modo digno del hombre. Por tanto, la vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes nefandos".Y cuanto mayor es el puesto de responsabilidad ocupado en la sociedad mayor es la propia responsabilidad que pesa sobre esta insigne misión.

Finalmente, y como voz que grita en el desierto, transcribo aquí la tajante afirmación de la Iglesia, de mano de Juan Pablo II en la Encíclica Evangelium Vitae: "Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para si mismo o para otros confiados a su responsabilidad ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo."

La tristeza de un hijo cuando siente que los brazos de su padre lo abandonan a su suerte no es comparable con la tristeza y desesperación del Pueblo Español no nacido que se siente abandonado y traicionado por aquel al que Dios otorgó la magna misión de conservar y defender la vida de su pueblo. 

VOZ

VOZ

Cada ser humano eliminado clama al cielo reclamando la justicia que sólo el altísimo puede proporcionar. En el caso de los seres humanos no nacidos, esta voz que asciende como el perfume de los más inocentes y desprotegidos, implora la justicia debida sobre todos aquellos que vulneraron su derecho a la vida. Sobre aquellos que en el uso libre de su razón y voluntad decidieron prestar conviniencia a la atrocidad del aborto. Más aun sobre aquellos que pudiendo oponerse tenazmente a él no lo hicieron y en su lugar favorecieron, promulgaron o sancionaron la aberración inhumana. Éstos escucharán ante el Supremo Juez la voz que hoy clama y grita en silencio:

 

"Yo, como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, pruebas las entrañas y el corazón; veré mi venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa." (Jr 11, 19-20)

Y es que ante la abominación no hay indulgencia. La respuesta debida del cristiano católico es clara, sea cual fuere su posición, más aun cuando su posición da lugar a escándalo. "En todo caso debe quedar bien claro que un cristiano no puede jamás conformarse a una ley inmoral en sí misma; tal es el caso de la ley que admitiera en principio la licitud del aborto. Un cristiano no puede ni participar en una campaña de opinión en favor de semejante ley, ni darle su voto. Ni podrá tampoco colaborar en su aplicación." (C.D.F. Quaestio de abortu 22). ¡Cuanto menos sancionar o promulgar dicha ley!

 

Símbolo

Símbolo

Algunos trasmiten que la figura del Borbón en nuestra sociedad es un mero símbolo. A esta argumentación me opongo rotundamente. El Rey de España es una figura constitucional, orgánica y constitutiva del estado español. De hecho es la figura más relevante y de mayor importancia de nuestra nación, la Nación española (así lo puso de manifiesto la obediencia debida procurada por los máximos responsables del ejército Español en el intento de golpe de estado aquel famoso 23F).

 

El Rey de Españ es símbolo sí, mejor dicho, debería ser símbolo si de "unidad y permanencia del Estado" (art. 56 de la Constitución). Pero este Rey no es una mera figura formal o burocrática. La Constitución Española le carga de graves responsabilidades para con la nación: "guardar y hacer guardar la Constitución" (Art. 61 de la Constitución). La Carta Magna de la Nación española es clara: "corresponde al Rey sancionar y promulgar las leyes". Esta debería ser la garantía de la sociedad española frente a los abusos de políticos irresponsables y homicidas. Fuera de garantizar el gobierno de nuestra nación en arras del bien común, la monarquía española pierde toda razón y legitimidad. 

 

La responsabilidad constitucional del Rey es muy extensa. Más lo es su responsabilidad como monarca cristiano y católico. Esto debería promover en la conciencia de nuestro monarca un profundo pesar de conciencia frente a la ignomiosa Ley del Aborto, ante la cual solo cabe la objeción de conciencia (abdicar o renunciar) o exigir el pronunciamiento del Tribunal Constitucional antes de haber sancinado tal aberración.

 

El Magisterio es claro, ya lo veremos más profundamente, pero no podemos dejar de recordar que: "La legislación civil de numerosos estados atribuye hoy día, ante los ojos de muchos, una legitimidad indebida a ciertas prácticas. Se muestra incapaz de garantizar la moralidad congruente con las exigencias naturales de la persona humana y con las "leyes no escritas" grabadas por el Creador en el corazón humano. Todos los hombres de buena voluntad deben esforzarse, particularmente a través de su actividad profesional y del ejercicio de sus derechos civiles, para reformar las leyes positivas moralmente inaceptables y corregir las prácticas ilícitas. Además, ante esas leyes se debe presentar y reconocer la "objeción de conciencia". Cabe añadir que comienza a imponerse con agudeza en la conciencia moral de muchos, especialmente de los especialistas en ciencias biomédicas, la exigencia de una resistencia pasiva frente a la legitimación de prácticas contrarias a la vida y a la dignidad del hombre." (Donum Vitae)

 

 

P.D.- ¿Es una cruz lo que se alza sobre la corona, o será otro símbolo?

 

 

Borbón

Borbón

Presentar aquí como prolegómeno la autoría y significado que la promulgación de la Ley del Aborto en españa queafecta al soberano monarca español D. Juan Carlo de Borbón:

Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.


JUAN CARLOS I
REY DE ESPAÑA


A todos los que la presente vieren y entendieren.


Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica.

Y para una máxima aclaración lo que la Real Academia de la Lengua Española entiende como sancionar:

 

Sancionar:

1. tr. Dar fuerza de ley a una disposición.

2. tr. Autorizar o aprobar cualquier acto, uso o costumbre.

3. tr. Aplicar una sanción o castigo.

  

 

Desde aquí continuaremos una serie de posts para analizar y exponer el significado y las consecuencias que la Ley sancionada del Aborto en España tiene para el que hasta hoy parece representar la cabeza del estado Español, otro tiempo Nación Española, más atrás "España" a secas.