BETHLEMITA
Fue la patria de Fray Rodrigo de la Cruz la ciudad de Marbella. Nobilísima casa la que le acogió reconocida en su origen en la Casa de los señores Duques de Alba y Condes Duques de Benavente.
Rodrigo Arias Maldonado de Góngora y Córdova, participó al mando de una compañía de Corazas Españolas en la toma de Cambriles. Fue después Capitán General, gobernador de Costa Rica. Retirosé a una vida licenciosa a la actual Antigua Guatemala, donde la Divina Providencia le tenía preparado un trascendental encuentro con el Santo Hermano Pedro de San José de Betancour.
Todo lo dejó Fray Rodrigo, de gobernador de Costa rica pasó a limpiador de caballerizas, servidor de pobres e indios extenuados; todo lo despreció hasta humillarse públicamente sin reparo, tras los pasos de Cristo de la mano de Pedro de Betancour.
Por la compañía del miserable Hermano de Belén todo lo desdeñó; abandonó el concurso de Condes, Duques y Marqueses; sus estimaciones las conmutó por desprecios; sus abundantes riquezas por una miseria mendiguez; y todo lo ejecutó tan gustoso y constante en su vocación.
A los dos meses de recibir el hábito de las manos del Hermano Pedro, le llega el nombramiento, por parte de Carlos II, de Marqués de Talamanca junto a un arcón con doce mil ducados de Plata. Renunció a estas honras y tesoros. Fray Rodrigo era ya de Cristo, era ya del Santo Hermano Pedro, era ya Bethlemita.
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