FE
El Año de la Fe proclamado por su S.S. Benedicto XVI se acerca. El próximo 11 de Octubre dará lugar su apertura.
El itinerario seguido por Benedicto XVI a lo largo de su pontificado parece que ha querido llevarnos desde los fines hasta los principios a través de las virtudes teologales.
"Deus Caritas est", "Spes Salvi", "Porta fidei"; el Amor de Dios que es nuestra Esperanza en la que depositamos nuestra Fe.
Ese Amor de Dios que es Caridad y que es el que nos presenta, como novedad radical, la Resurrección de Jesús, como primicia de la resurrección que esperamos al final de los tiempos. Fe que deseamos vivir y redescubrir como una adhesión singular a la persona de Cristo. Fe que es el presupuesto de nuestra esperanza y la propulsora de nuestras vidas hacia la Caridad eterna que deseamos alcanzar.
Jesús, único Salvador del mundo. Jesús nuestra salvación y la salvación del mundo. Sin exclusiones, pero sin relativismo alguno.
Fe, sí, en Cristo y en la Iglesia Católica, Iglesia en la que subsiste la Iglesia de Cristo y que, bajo el deposito de la fe,configura el contenido de nuestra fe, la cual que debemos hacer vida.
Fe de la Iglesia que no es otra que la fe en Cristo. Fe de la Iglesia que encontramos sin ambigüedades ni equívocos en el Catecismo. Catecismo para completar y entender nuestra fe en la trasformación de nuestras vidas al modo de la vida de Jesús, nuestras mentes al modo de la mente de Jesús, nuestro corazón y nuestra alma al modo del Sagrado Corazón de Jesús.
Fe para vivir en la Esperanza cierta de la Caridad que alcanzaremos por los méritos de Cristo y la Salvación en Él realizada. Caridad que una vez, más alla de la muerte, en la presencia de Dios es la única virtud que podremos conservar.
Fe, Esperanza y Caridad.
"Amor del asentimiento que es lo que santifica" como diría nuestro estimado Mons. Fernando Sebastián.
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