VESPA
Sólo comparable a la importancia de aquellas cabalgaduras imprescindibles para los Caballeros Andantes de antaño, la Vespa ha sido una montura mítica para aquellos que la conocimos en la segunda mitad del S. XX.
Hoy la personalidad y lo entrañable de los vehículos que nos trasportan nos tiene al pairo. Apenas en 10 años, incluso, se nos regala dinero para que abandonemos al compañero de viajes y lo cambiemos por un nuevo corcel tecnológico, desdeñando aquellas vivencias a las que nos llevó y de las que, en la amplia mayoría de los casos nos trajo.
Hoy a pesar de los años y del olvido, la Vespa continúa cabalgando y como tal Rocinante continúa colaborando tenazmente en la justicia utópica pero realizable de nuestro mundo.
La solidaridad llama! Un rastrillo solidario se organiza, como uno de tantos, como uno entre tantos. Un alma inquieta, joven, dispuesta, contesta: ¡Yo traigo una Vespa! ¿? ¡Si tengo una Vespa 200 y no me sirve! Y nuevamente la Vespa volverá a cabalgar, su valor se transformará en amor y solidaridad que aliviará el sufrimiento de un buen número de personas que viven en situación de extrema necesidad. Ella será restaurada, cuidada y volverá a cabalgar.
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