CONVERSAR
El fundamento de una vida cristiana no puede ser otro que la íntima comunicación con Jesucristo resucitado, real y presente en nuestras vidas. en este sentido San José María nos ofrece unas referencias necesarias e insustituíbles que nos guiarán en el encuentro con el que se revela como guía y maestro en nuestras vidas.
“¿He conversado con Él?”
Es posible que te asuste esta palabra: meditación. –Te recuerda libros de tapas negras y viejas, ruido de suspiros o de rezos como cantilenas rutinarias... Pero eso no es meditación. Meditar es considerar, contemplar que Dios es tu Padre, y tú, su hijo, necesitado de ayuda; y después darle gracias por lo que ya te ha concedido y por todo lo que te dará. (Surco, 661)
Para tu examen diario: ¿he dejado pasar alguna hora, sin hablar con mi Padre Dios?... ¿He conversado con El, con amor de hijo? –¡Puedes! (Surco, 657)
El único medio para conocer a Jesús: ¡tratarlo! En El, encontrarás siempre un Padre, un Amigo, un Consejero y un Colaborador para todas las actividades nobles de tu vida cotidiana...
- Y, con el trato, se engendrará el Amor. (Surco, 662)
"Quédate con nosotros, porque ha oscurecido..." Fue eficaz la oración de Cleofás y su compañero.
–¡Qué pena, si tú y yo no supiéramos "detener" a Jesús que pasa!, ¡qué dolor, si no le pedimos que se quede! (Surco, 671)
1 comentario
rm -
Diálogo del Señor a Sor Faustima (Misericordia) Mi voz que es tan bajita que sólo la pueden oir las almas recogidas.
Un abrazo