MÍSTICA
En la profundidad de la experiencia humana se encuentra la realidad espiritual que toda persona experimenta por sí misma, ya que es ella en sí misma, aun cuando no tenga conciencia de ello.
La experiencia expiritual, la profunda intuición de lo trascendental, la mística, se hace hoy más necesaria que nunca en la vida del cristiano. El abandono social y estructural de la esperaza trascendental de la vida humana,empuja inevitablemente a todo creyente, que no ha fundamentado su casa sobre la roca espiritual, hacia un materialismo relativista predominante.
Cristo nos ofrece la esperanza y la salvación de nuestro ser. Aquí y ahora, la vida del cristiano debe estar configurada en un encuentro con el Resucitado que, tan profundo y espiritual como consciente y real, anegue todas las circunstancias y dimensiones de la existencia terrena.
La vida, la cruda realidad del mundo sumido en una descarnada estructura de pecado, se torna en complaciente misericordia divina a los ojos de Dios entre nosotros que nos mira desde lo alto de la cruz.
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rm -
opusprima -