La Iglesia de los Pobres
Estaba dispuesto a emprender una seria disertación sobre la pobreza y la llamada a la pobreza evangélica como argumentación a la expresión que hace algunos días realizaba en referencia a la Iglesia Católica como la Iglesia de los Pobres. Pero nuevamente, cada vez que intento escribir sobre algo en particular aparece algo, alguien que me propone otra cosa que intuyo mejor o más adecuada.
En este caso, se vuelve a cruzar en mi pupitre el documento "La Iglesia de los Pobres", alocuciones y discursos de Juan Pablo II en su peregrinación pastoral al Brasil. De ahí transcribo simplemente algunos de los subrayados que realicé durante sus múltiples lecturas, y que se refieren a las palabras textuales pronunciadas, en tal ocasión, por nuestro memorable y Magno S.S. Juan Pablo II:
"La Iglesia en todo el mundo quiere ser la Iglesia de los pobres."
"A quienes viven en la abundancia o al menos en un relativo bienestar, para los que tienen lo necesario (aun cuando lo superfluo escasea), la Iglesia, queriendo ser la Iglesia de los pobres, les dice: Aprovechaos de los frutos de vuestro trabajo y de una lícita habilidad, pero en nombre de las palabras de Cristo, en nombre de la fraternidad humana y de la solidaridad social, no os encerréis en vosotros mismos."
" La Iglesia de los pobres dice a los que tienen en exceso, que viven en la abundancia, que viven en el lujo. Ella les dice: ¡Mirad un poco alrededor! ¿El corazón no os duele? ¿No sentís remordimiento de conciencia a causa de vuestra riqueza y abundancia?"
"La Iglesia de los pobres es la Iglesia universal, la Iglesia del misterio de la encarnación. No es la Iglesia de una clase o una única casta."
"La Iglesia de los pobres no puede servir a fines inmediatos políticos, a las luchas por el poder, y, al mismo tiempo, con gran diligencia actúa de forma que sus palabras y obras no se empleen para este fin, es decir sean instrumentalizadas."
"La Iglesia de los pobres habla, en consecuencia, así: ¡Hacedlo todo, vosotros particularmente que tenéis poder de decisión; vosotros, de quienes depende la situación del mundo, haced todo para que la vida de todo hombre, en vuestro pais, se torne más humana, más digna del hombre!
Hacedlo todo para que desaparezca, al menos gradualmente, el abismo que separa a los excesivamente ricos, pocos numerosos, de las grandes muchedumbres de los pobres, de los que viven en la miseria. Hacedlo todo para que este abismo no aumente, sino disminuya, a fin de tender a la igualdad social, para que la distribución injusta de los bienes ceda el puesto a una distribución más justa.
Hacedlo por consideración hacia el hombre que es vuestro prójimo y vuestro conciudadano. Hacedlo en consideración del bien común de todos. Y hacedlo también por consideración hacia vosotros mismos. Tiene motivos para existir sólo una sociedad socialmente justa, esforzándose por ser cada vez más justa. Sólo una sociedad así configurada tiene ante sí el futuro. La sociedad que no es socialmente justa y no tiende a hacerse tal, pone en peligro su futuro. ¡Pensad, por tanto, en el pasado y mirad al día de hoy y proyectad el futuro mejor de toda vuestra sociedad!
Todo esto está contenido en lo que Cristo dijo en el Sermón de la Montaña; en el contenido de esta única frase: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos."
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Alfonso Luis -
Cristobal -