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HOY TEOLÓGICO - Alfonso Luis Calvente Ortiz

JUVENTUD DAÑADA

JUVENTUD DAÑADA El mundo que ha engullido a nuestros jóvenes pretende un futuro sin Dios. Las cuestiones que lanza Jesús, "¿acaso encontrará fe sobre la tierra cuando vuelva el Hijo de hombre? (cf. Lc 18,8)" y "si aquellos días no se acortarán no se salvaría nadie (cf. Mt 24,22)", deben hacernos pensar que el mundo verdaderamente, aún vencido por el propio Dios hecho hombre, se dirige hacia un futuro en que la fe y la recta conciencia no serán seña de su identidad.

Y es el mundo él que actúa sobre las familias y específicamente sobre nuestros jóvenes. La oferta de éxito, fama, moda por un lado y placer, entretenimiento y egoísmo por otro, intentan anular la posibilidad de un proyecto de vida cristiano y formal.

Hoy no se tiene en cuenta la sabiduría de nuestros mayores que en otros tiempos aportaban una experiencia de vida completa como guía de los aciertos a asumir y los errores a evitar, sino que se les aísla y en su caso incluso eliminan, desdeñando esa experiencia vital que bien trasmitida encauza el proyecto de vida de padres e hijos. 

Los padres somos ajenos a la realidad a la que nuestros hijos adolescentes se enfrentan. "Sí", dirán algunos es la tópica y típica ruptura generacional, pero hay que observar que en nuestro tiempo esta ruptura es abismal e incluye una nueva proyección de un mundo sin Dios en una realidad cada vez menos trascendental.

La juventud, dañada en lo más íntimo e interior de la persona, herida en el alma, discurre caminos en los que Dios es aniquilado por un ateísmo activista y excluyente, que arrasa la tierra y quema la semilla de amor que en ella debería de germinar.

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